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Foto del escritor Lourdes Pinto

Escucha Atenta en Cristo

Escuchar es un arte; también es el mayor acto de amor auténtico. Llegar a ser oyentes en Dios requiere entrenamiento y capacidad de atención. Esta enseñanza profundiza sobre la sección "Escucha" que se encuentra al principio de nuestro manual: Silencio: el Abrazo de Amor entre un Alma y Dios.

Attentiveness


Escuchar Requiere Atención

 

Escuchar es un arte. Es el mayor acto de amor auténtico. Llegar a ser oyentes en Dios requiere entrenamiento que se encuentra en los diez capítulos del manual Silencio. Cuanto más crecemos en unión con Dios, mayor es nuestra capacidad de escucha, que está conectada con nuestra capacidad de amar por Cristo, con Cristo y en Cristo.


Escuchar requiere capacidad de atención: 

I.  Atentos a nuestras facultades

Estando atentos a cómo usáis o dejáis de usar vuestras manos, a cómo miráis a los demás y a las palabras que salen de vuestros labios, llegaréis a conocer el pecado que permanece en vuestros corazones. Mi Madre está formando a cada uno de vosotros para que seáis mis cálices vivos. 2/1/12

 

Deseo permanecer contigo para que seamos uno en este abrazo de amor. Por tu parte, protege esta unión con la pureza de tus labios. Permanece y vive en el abrazo del silencio del Espíritu Santo. Pequeña Mía, ámame y estate atenta a Mí. 17/7/12

 

Mortificaos en vuestras distracciones con las cosas materiales para que vuestra alma pueda permanecer continuamente atenta a Mí. 6/8/22        

 

II.  La atención a Dios es vivir atentos en lo más profundo de nuestro corazón

Crecer en obediencia es crecer en una profunda atención a los movimientos y a las mociones del Espíritu Santo en tu alma. 14/12/11

 

Estad atentos a Mi voz y a Mi presencia que os guiará en este tiempo de gran oscuridad. 2/19/12

 

El tiempo es corto. Pequeña Mía, estoy viviendo Mi agonía de amor por Mi Esposa, la Iglesia. Estoy solo; pocos permanecen Conmigo despiertos, atentos, preocupados por el Corazón de su Dios que llora por ellos. 20/2/13

 

Al elegir no reaccionar más, ni siquiera actuar, a partir de tus sentimientos y emociones, tu mirada interior se centra en Mí, en buscar únicamente la Voluntad de Dios. Esto requiere una profunda atención interior a las conmociones más profundas de tu ser. 28/12/21

 

Se acerca el tiempo, pequeña Mía; por favor, permanece atenta a Mí cada día, porque estamos

haciendo nuevas todas las cosas según el plan de Dios. Aquiétate, guarda silencio, mantente atenta a la voz de tu Dios que te está guiando y formando. 29/6/21

 

III. Atentos a lo que ocurre en el mundo y en la Iglesia vivida a través de una profunda atención interior

 

Presta atención a los signos de los tiempos. 9/11/21

Debes permanecer atenta a Mí en medio de grandes tribulaciones y confusión. Seguiré guiando a mi grano de mostaza, pero proteged vuestros corazones contra el miedo y la ansiedad...6/8/22

 

En esta noche de Jueves Santo, antes de medianoche, quiero daros las gracias a vosotros, Mi granito de mostaza, por velar Conmigo. El mundo duerme mientras Satanás anda desatado por los pecados de la humanidad. Sin embargo, Mi pequeño remanente vela con María, y Dios se complace, pues Él hará Sus maravillas a través de los pocos que permanezcan atentos a su Dios y Salvador. 6/4/23

 

4/10/23 – Fiesta de San Francisco e inicio de las sesiones del Sínodo sobre Sinodalidad en Roma

Permaneced en silencio y en la oración de los dolores, como Yo os he enseñado, atentos a Mí durante esta hora de Mi pasión.

 

Los que de verdad escuchan "son libres para recibir, acoger, aceptar".

Henri Nouwen, en su libro Pan para el camino, escribe sobre las dificultades de la escucha:


Escuchar es muy difícil, porque requiere tanta estabilidad interior que ya no necesitamos probarnos a nosotros mismos con discursos, argumentos, afirmaciones o declaraciones. Los verdaderos oyentes ya no tienen la necesidad interior de dar a conocer su presencia. Son libres para recibir, acoger, aceptar. Escuchar es mucho más que permitir que otro hable, mientras esperamos la oportunidad para responder. Escuchar es prestar plena atención a los demás y acogerlos en nuestro propio ser. La belleza de escuchar es que aquellos a los que se escucha empiezan a sentirse aceptados, empiezan a tomar sus palabras más en serio y a descubrir su verdadero yo.


Recibir

Le pregunté a Jesús cómo vivir como su compañera de amor. Es fácil cuando estoy en oración, y Él me permite sentir Su presencia y ver Su mirada, pero durante el día, hay tantas distracciones...

–Estad atentos a cada persona que encontréis en vuestra vida. Yo vivo en ellos. Sufro por ellas y con ellas. Este es Mi Cuerpo (cf. Mt 25, 31-41). Pequeña Mía, ten la docilidad de corazón de recibir el quebranto de todas las personas en tu corazón como UNO Conmigo. Esta es la participación en el amor de la Trinidad: recibir las heridas de tus hermanos y hermanas y dar el sacrificio de tu vida, como UNO Conmigo, por su salvación y santificación. Esto es Amor. 18/2/13

 

Marcos 9,37 El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino al que me envió".

 

Esta atención que Cristo nos pide requiere nuestra capacidad de escuchar el corazón de la persona que nos habla. Sus palabras y su lenguaje corporal revelan el estado de su corazón. Este tipo de escucha debe estar exenta de juicios, críticas, control y manipulación. Significa que, al escuchar, recibimos al otro tal como es. Recibimos la belleza y lo bueno del otro junto con sus heridas y quebrantos, y elegimos sufrir con Cristo por ellos. Recibimos a las personas en nuestras vidas tal como son. Esto requiere, como escribe el Padre Henri Nouwen, un gran crecimiento interior, sanación y madurez espiritual. (Leer de nuevo el párrafo, p. 12)

 

Acoger (Bendecir)

Esta forma de escuchar en la que acogemos al otro por amor a Dios y a las almas le bendice, y esta bendición le hace sentirse acogido.

 

1 Pedro 3, 8-9 - Por último, tened todos el mismo sentir, sed solidarios en el sufrimiento, quereos como hermanos, tened un corazón compasivo y sed humildes. No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto, sino al contrario, responded con una bendición, porque para esto habéis sido llamados, para heredar una bendición.

 

Aceptar

Aceptar no significa que estemos necesariamente de acuerdo. Significa que aceptamos a los demás como Dios nos acepta a nosotros en nuestra miseria, debilidad, quebranto, heridas y desórdenes, y nos bendice mediante el sacrificio de su vida. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Rom. 5,8). Por tanto, escuchar recibiendo produce la bendición de Dios, que hace que la persona se sienta acogida y aceptada. Esto crea confianza, unidad y, posiblemente, una apertura posterior para recibir corrección. Por lo tanto, el 3º elemento del silencio, responder, es nuestra capacidad de bendecir y perdonar.

 

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