María se convierte en la primera «hostia viva» tras la ascensión de Jesús y nos enseña lo que eso significa. Esta charla fue dada a las mujeres de Amor Crucificado.
20/11/24
El claustro contiene el Corazón de Abba
Dado por el Espíritu Santo:
El claustro del Corazón Inmaculado de María contiene el Corazón de ABBA en la tierra. María, en su soledad, vivió consumida en el Corazón del Padre siendo una con Cristo y Conmigo (E.S.). En su humanidad, vivió en el continuo sufrimiento de Dios por las almas. Vivió sus emociones humanas plenamente integrada en Cristo y, por medio de Él, en el Corazón del Padre. Su silencio era su unión en la Trinidad. Vivió en la realidad de su existencia humana, orando por la Iglesia y por cada uno de los apóstoles y por todas las almas, las buenas junto con las malas. Vivía en un estado constante de intercesión con Jesús en la Eucaristía, un estado constante de dolor y alegría. Muy pocas palabras salían de sus labios, porque su mirada interna no podía apartarse de su Hijo, y el recuerdo de Su pasión se vivía en la realidad de cada momento de su vida terrenal. El sufrimiento y la pasión de Jesús, vivos y presentes en la Eucaristía, se convirtieron en su vida, en su realidad en cada momento. Vivió en el silencio de la gratitud y el asombro ante la bondad, el amor y la misericordia de Dios por Sus hijos, especialmente por Sus hijos descarriados.
Por eso digo que vivir en el claustro del Corazón Inmaculado de María es vivir en el Corazón de ABBA siendo uno con Cristo y consumido en Mi abrazo de amor vivido en silencio. Por lo tanto, sólo María, siendo una conmigo, puede enseñaros a permanecer y a vivir en el Corazón del Padre en la tierra. Esta formación de vida en el claustro, con el tiempo, se convierte para el alma en el reino de los cielos en la tierra, y el Rey de reyes es glorificado por dichas almas.