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Foto del escritorZilkia Jimenez

La Esperanza y la Mente – 3




Estos últimos tiempos requieren mayor atención, silencio y entrega para que Nuestro Señor "renueve nuestras mentes" y nos transforme en Él.  Sólo entonces podremos ser Sus testigos. Sólo entonces podremos ser Sus testigos.



La ESPERANZA y la MENTE - Parte III

1 de febrero de 2024

Zilkia Jiménez


"Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto". Romanos 12, 2


Durante las dos últimas semanas hemos estado hablando de la mente y de cómo afecta a nuestras emociones, nuestras acciones, nuestras elecciones, nuestros comportamientos. Hemos hablado de cómo funciona la mente para que podamos aprender a tomar el control sobre nuestros pensamientos.


La semana pasada aprendimos de la Dra. Leaf que podemos hacer nuestra propia "cirugía cerebral" cuando se trata de controlar nuestro pensamiento. Este tipo de cirugía cerebral, como la llama la Dra. Leaf, no es rápida ni fácil. Hace poco leí́ una cita que dice: "tu mente es un campo de batalla". Y así́ es. Me gustaría citar a la Dra. Leaf por última vez porque me gustaría abordar un comentario que el P. Ron hizo la semana pasada al final del cenáculo. El P. Ron nos recordó́ acertadamente que debemos distinguir entre las mentiras de nuestro enemigo y nuestros propios pensamientos. La Dra. Leaf nos ofrece ayuda en este punto:


"Es a través de los sentidos que recibimos las mentiras de Satanás, pero —y esto es importante— no tenemos que creer esas mentiras. Si las creemos, las procesamos en realidades físicas... que forman la sustancia de las redes nerviosas sobre las que actuamos. Esto significa que, si escuchamos y creemos las mentiras del Enemigo, en realidad elegimos procesarlas en realidades físicas dentro de nuestros cerebros. Al hacerlo, creamos el mal y actuamos en consecuencia. Pero no tenemos por qué creer las mentiras de Satanás." (pg. 129)


Debemos descubrir nuestras heridas, cavar a fondo en nuestro interior y enfrentarnos a esas heridas tan difíciles para sacarlas a la luz, para que nuestro Señor pueda proporcionarnos la sanación necesaria.


Volvamos a la definición de la ..esperanza... es una búsqueda y una finalidad. la esperanza hace que la persona haga uso de su libre albedrío, y esto requiere un esfuerzo.

Esta lección sobre la mente es muy importante, sobre todo porque el mundo sigue sumiéndose en la oscuridad. Realmente no podemos ser Sus testigos en un mundo oscuro si no somos renovados y transformados. Una vez más, recordemos lo que nuestro Señor nos dijo el Viernes Santo, el 7/4/23: "Es imposible ser Mis testigos si no habéis sido transformados en Mí por el Espíritu, de modo que seamos UNO, ya no dos". No podemos vivir la persecución, que es el Tercer Clavo de la Crucifixión, si no somos personas de esperanza. Vuelvo a recordar este mensaje. La última frase parece ahora más urgente:


Empieza a olvidarte de ti misma, y procura pensar sólo en Mí y en Mi pasión de amor. Mientras continúo sufriendo presente en la Eucaristía, sólo pienso en las almas y en agradar a Mi Padre. Mi mirada nunca te abandona, pequeña Mía. Procura mortificar tu carne para que, cada vez más, sólo pienses en Mí y en agradar a nuestro Padre, unida a Mí en el claustro del Corazón de María. Esta práctica te ayudará mucho durante el tiempo de gran sufrimiento que se acerca rápidamente. 2/11/23


Una mente que tiene como centro a Jesús y complacer a nuestro Padre Celestial, practica lo mismo que vemos en la vida de los Santos. El Papa Benedicto, en su encíclica Spe Salvi, cita a Santa Josefina Bakhita como ejemplo de alguien que mantuvo la esperanza en medio de una gran tragedia. Ella verdaderamente dominó (capturó) cada pensamiento y sólo permitió́ que entrara en su corazón y en su mente la esperanza en el Señor. El Papa Benedicto cita y luego comenta:


'Soy definitivamente amada y, me pase lo que me pase, me espera este Amor. Y así́, mi vida es buena'. Mediante el conocimiento de esta esperanza, ella (Josefina Bahkita) fue 'redimida', ya no como una esclava, sino como una hija de Dios libre (SS #3)".


De nuevo, la purificación de nuestras emociones comienza con la purificación de la mente, porque los pensamientos conducen a las emociones. Nuestras emociones son impulsadas por nuestra forma de pensar. Si nuestra mente está preocupada, inquieta, enfadada o distraída, no podemos confiar ni esperar en Dios. El Señor nos ha dicho que "la vida tal como la conoces dejará de existir[i]". Debemos permitir que el Espíritu Santo tome plena posesión de nuestras mentes, nuestros corazones y nuestras facultades, para que sea Él quien hable y actúe a través de nosotros en los momentos de dificultad, y para que sea en Él, con Él y por Él como vivamos en el mundo. Debemos ser personas de esperanza en estos tiempos finales.


El Papa Benedicto XVI vuelve a escribir en su encíclica:


"Si no podemos esperar más de lo que es efectivamente alcanzable en un momento dado, o más de lo que prometen las autoridades políticas o económicas, nuestras vidas pronto carecerán de esperanza.


En otras palabras, los gobiernos no siempre son para el pueblo. No podemos esperar de ellos que nos proporcionen lo que sólo puede proporcionarnos nuestro Señor. Al mirar a nuestro alrededor en el mundo actual, esto parece más cierto que nunca.


Es importante saber que siempre puedo seguir teniendo esperanza, incluso si en mi propia vida, o en el periodo histórico en el que estoy viviendo, parece que no queda nada por lo que esperar.


¿No les parece esto muy acertado hoy en día? Cada vez oímos hablar más de conflictos entre países, de conflictos en el seno familiar, de un secularismo sumido en la oscuridad, vemos a los gobiernos actuar de forma tiránica, e incluso dentro de nuestra Santa Madre Iglesia vemos turbulencias. El Santo Padre nos dice aquí́ que siempre hay motivos para la esperanza.


Sólo la gran certeza de la esperanza de que mi propia vida y la historia en general, a pesar de todos los fracasos, se mantienen firmes gracias al poder indestructible del Amor, y que esto les da su sentido y su importancia; sólo este tipo de esperanza puede entonces dar el valor para actuar y perseverar (SS35)".


El Papa Benedicto nos recuerda aquí que la esperanza es lo que nos ayudará a perseverar en los momentos difíciles y sin importar la dificultad. Es la esperanza la que nos dará́ el valor para seguir adelante confiando en el Señor. Esto se aplica a las dificultades y persecuciones que se avecinan en el mundo, y a las que provienen de nuestros propios círculos... nuestras familias, nuestros trabajos, nuestras amistades. La transformación de la mente y del corazón es necesaria en todas las situaciones. Sobre todo, porque el Señor nos ha llamado a ser sus víctimas de amor en el mundo, sea cual sea la situación. El Señor nos ha dado un determinado territorio de almas para que cuidemos de ellas mediante nuestras oraciones, mediante nuestra forma de vida, sufriendo todo con nuestro Amado, pidiendo gracias en favor de ellas.


Nuestro Amado Jesús nos lo ha dicho muy claramente:


17/10/18:

Mi mirada desea almas transformadas    


Te necesito para encarnarme en ti y poder tocar, abrazar, bendecir, amar y penetrar en Mi pueblo. Recibe Mi mirada del fuego consumidor de Mi Sagrado Corazón. Mi mirada desea almas transformadas, almas en las que soy Yo quien vive. Esta es Mi Luz en el mundo.

     Dile a Mi granito de mostaza que reciba Mi mirada de deseo de que se vacíen de si mismos para que Mi Sangre pueda llenarlos, y Yo, con el fuego Divino del Espíritu, pueda traer nueva vida... Mi deseo Me consume en agonía porque apenas encuentro almas dispuestas a recibir el deseo de Mi Sagrado Corazón. Permíteme vaciarte y renovaré la faz de la tierra a través de ti. Recibe la mirada de Mi deseo esta noche y RESPONDE a Mi petición.


¡Nuestro Señor desea que nos vaciemos de nosotros mismos! Una y otra vez me acuerdo de las "doce formas de silencio" que aprendimos y hemos estado estudiando desde nuestro último retiro. Entrar en este profundo silencio le permitirá́ al Señor trabajar en nuestras almas, en nuestros corazones y en nuestras mentes, para que seamos transformados y así Él pueda encarnarse dentro de cada uno de nosotros, para que podamos ir al mundo, a nuestras familias, encaminarnos hacia cualquier tipo de persecución o dificultad, con Él y en Él, permitiéndole así́ hacerse presente en el mundo de manera tangible, y ayudar a transformar las almas que nos ha confiado. Estamos llamados a ofrecer nuestras pequeñas vidas como un sacrificio de amor, unidos al Amor mismo y junto con nuestra Madre Santísima, en el Claustro de su Inmaculado Corazón, por todos aquellos a los que Ellos nos han pedido que cuidemos.


Este mensaje anterior me recordó un sueño que tuve hace mucho tiempo, en el que nuestra Santísima Madre María decía que nosotros, en Amor Crucificado, somos como pequeñas estrellas brillantes que han sido colocadas estratégicamente en el mundo. Y la recuerdo diciendo: "brilla, estrellita mía, brilla". El Señor nos dice en el mensaje anterior que es Él quien vive en un alma transformada, que es Su Luz en el mundo. Estamos llamados a permitir que Su luz fluya a través de cada uno de nosotros.


Podemos mirar a nuestra Santísima Madre como el ejemplo perfecto de una brillante luz de esperanza en el mundo y pedir su intercesión mientras avanzamos en nuestra propia transformación. De nuevo nos habla el Papa Benedicto:


"Con un himno compuesto en el siglo VIII o IX, así desde hace más de mil años, la Iglesia saluda a María, la Madre de Dios, como "Estrella del Mar": Ave Maris Stella. La vida humana es un viaje. ¿Hacia qué destino? ¿Cómo encontrar el camino? La vida es como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y tormentoso, un viaje en el que buscamos las estrellas que nos indican la ruta. Las verdaderas estrellas de nuestra vida son las personas que han vivido bien. Son luces de esperanza. Ciertamente, Jesucristo es la verdadera luz, el sol que se ha alzado por encima de todas las sombras de la historia. Pero para alcanzarle necesitamos también luces cercanas, personas que brillen con su luz y nos guíen así en nuestro camino. ¿Quién mejor que María podría ser para nosotros una estrella de esperanza? Con su "sí" abrió la puerta de nuestro mundo a Dios mismo; se convirtió en el Arca viva de la Alianza, en la que Dios se hizo carne, se convirtió en uno de nosotros, y habitó entre nosotros (cf. Jn 1,14)". (SS49)


Mientras rezaba esta enseñanza, pensé en Nuestra Señora de la Esperanza. Esta aparición de Nuestra Señora de la Esperanza, también llamada Nuestra Señora de Pontmain, aprobada por el Vaticano, tuvo lugar el 17 de enero de 1871 en Pontmain, Francia. Ocurrió durante la Guerra Franco-Prusiana y después de la Revolución Francesa. En un breve video de los Marianos de la Inmaculada Concepción, el Padre Joe Roesch MIC explica que durante y después de la Revolución Francesa, muchos sacerdotes habían sido asesinados, el clero estaba dividido, y la gente no iba a la iglesia... eran muy seculares. ¡Como hoy! Y entonces la Virgen se les apareció a seis niños. Cuando la gente empezó a enterarse de lo que ocurría, se formó una multitud para presenciar lo que estaba sucediendo. Sin embargo, sólo los pequeños podían verla, no los adultos. Esto nos sirve como buen recordatorio de que debemos ser como niños pequeños, esperando y confiando en el Señor. Uno de los niños dijo: "Lleva un vestido azul con estrellas doradas, zapatillas con cintas doradas, una corona dorada que se ensancha hacia arriba con una banda roja alrededor y un velo negro". Es tan hermoso pensar que el manto de nuestra Santísima Madre en la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza está lleno de estrellitas brillantes, y pienso en lo que acabo de mencionar sobre lo que Ella puso en mi corazón... que somos como estrellitas colocadas estratégicamente en el mundo, para llevar la Luz de Cristo a los demás.


Como en algunas de sus apariciones, la Virgen permaneció en silencio. Sin embargo, a medida que se desarrollaba la imagen, apareció a sus pies una pancarta que decía: "Pero rezad, hijos míos. Dios os escuchará dentro de poco. Mi Hijo se deja mover por la compasión". Se dice que aquellas palabras respondían al clamor de la gente, entristecida ante la idea de que la guerra era inminente.


Hay un momento en el que la multitud empezó a cantar: "Madre de la Esperanza, Cuyo nombre es tan dulce, Protege nuestra tierra de Francia. Ruega, ruega por nosotros". La respuesta de la Virgen fue una simple sonrisa. Sus oraciones por su país agradaban a la Virgen. De la misma manera, ¡debemos seguir orando por nuestros países! Debemos orar por nuestros países y por todo lo que sucede en el mundo. Nuestra Señora y nuestro Señor nos han llamado a ello y nos escuchan.


Más adelante en la aparición, la Virgen sostenía un crucifijo rojo con el nombre de Jesucristo en la parte superior. Al final, cuando el ejercito prusiano se abría paso hacia Francia, pudieron ver a la Virgen de la misma manera que los niños pudieron verla, y cuando la vieron, retrocedieron. Pocos meses después se firmó un tratado de paz y la guerra terminó.¿Y cuál fue el mensaje de nuestra Santísima Madre a la gente? "Mi Hijo se deja mover por la compasión". ¡Nuestro Dios escucha el clamor de los pobres! Estas son las palabras que el Señor mismo ha dado a nuestra comunidad en un mensaje del 6 de junio de 2020.


6/6/20

Primer sábado de junio, Cenáculo de las MDC

Jesús dijo estas palabras en mi corazón a todas las MDC:

  

Ha llegado el momento en que los principados de las tinieblas consumirán la tierra; el terrible día del Señor. Los demonios no tienen poder sobre vosotras o Mis seguidores. Mis madres (MDC) deben recordar que, durante estos tiempos oscuros, sus oraciones vividas con perfecta confianza en Mí tienen el poder de ayudar en la protección y salvación de muchas almas que de otro modo están destinadas al infierno. La batalla es feroz, pero pequeña Mía, tú sostienes la Espada del Espíritu. Vuestros corazones purificados, vaciados y formados como Mis víctimas de amor puro, uno con Mi Madre Dolorosa, son el poder de Dios para arrojar al infierno a los principados de la muerte. Entregaos a la oración y al silencio como Mis guerreras preparando y salvando almas, porque el momento del juicio está sobre el mundo. No perdáis el tiempo con ninguna frivolidad, pues la batalla decisiva ha comenzado. Rezad, rezad, rezad, rezad sin cesar, pues vuestras oraciones, en unión con las de Mi Madre, tienen un gran poder ante el trono de nuestro Padre. Él escucha el clamor de los pobres.



Hay más acerca de la aparición de Pontmain, pero la cuestión es que Nuestra Señora se apareció en un momento de gran agitación, para dar esperanza al pueblo y recordarle que rezara. El pueblo se reunió, rezó, y Ella les ayudó. La Virgen se nos aparece hoy, cuando también nosotros nos reunimos semanalmente en oración, y nos dice que Dios escucha nuestras oraciones y que "se deja mover por la compasión". ¡¡¡Jesús está con nosotros y se deja conmover por nuestras oraciones!!! Esto debería llenarnos de una gran esperanza. Recordemos la definición de la esperanza: el deseo confiado de obtener un bien futuro difícil de alcanzar. Nosotros somos su granito de mostaza, sus pequeños, sus hijitos. ¿Creemos que tenemos el poder de conmover el Sagrado Corazón de nuestro Amado? ¿Creemos que Él se deja conmover por nuestras oraciones? ¡Esto debería darnos una gran esperanza!


Debemos tener fe y debemos vivir con esperanza. ¡¡¡Nuestro Señor escucha el clamor de los pobres!!!


1/8/23

Fe en el poder de tus dolores vividos con Cristo y la Madre Dolorosa


     Pequeña Mía, he escuchado el clamor de tu alma, y yo, tu Amado, vengo a bendecirte y a fortalecerte. He recibido tus dolores. Pequeña Mía, son una participación en los dolores de Dios, que os ama. Permanece inmersa en las penas de tu corazón con perfecta fe y esperanza en el Dios que te ama.

— (Amado Mío, siento que mis penas han perdido la fe y la esperanza. Por favor, dime cuál es el estado de mi corazón. ¿Qué virtudes me faltan?)

     Te falta fe en el poder de tus dolores vividos a través de Mí, Conmigo y en Mí, siendo una con Mi Madre Dolorosa.

— (Por favor, Señor Mío, aumenta mi fe.)

     Confía y aférrate sin vacilar a las promesas que te he hecho. Ve en paz a vivir con perseverancia paciente.


Al llegar al final de esta enseñanza en tres partes, me sentí impulsada a buscar un mensaje o mensajes para nuestra Comunidad que tal vez podrían haber sido dados en la misma fecha de la aparición de Nuestra Señora de la Esperanza. Puede que haya más, pero encontré un mensaje.


17/1/11

Abandónate en mi abrazo crucificado

    

Pequeña Mía, veo lo nerviosa e insegura que estás porque confías en ti misma. Abandónate en Mi abrazo crucificado. Mira en el fondo de Mis ojos y contempla el dolor de tu Amado. ¿También tú, pequeña Mía, Me abandonarás? ¿No ves cuán pocas almas tengo completamente abandonadas a Mi Divina Voluntad? Busco hijas e hijos para que sean Mis instrumentos, para que sean Mi voz en el mundo, pero encuentro muy pocos dispuestos a dejarlo todo para seguirme. ¿A quién voy a enviar, pequeña Mía, para ayudar a Mi pueblo? Mis hijos están impregnados de amor propio. Sólo el amor humilde y puro de una madre puede tocar sus corazones endurecidos. ¿Hablarás en nombre de Mi Madre? Nuestros deseos son los mismos. Somos Un Corazón porque Mi Madre se abandonó por completo a la Voluntad del Padre, como yo lo hice y lo sigo haciendo. Deseo que les hables a Mis hijos con toda la pasión de tu corazón maternal. Confía en todo lo que he puesto en tu corazón. No temas impactarlos con tu arrojo y franqueza al decir la verdad. Es tu amor y humildad lo que ellos verán....


Este es un llamado para cada uno de nosotros... un llamado a recordar todo lo que nuestro Señor nos ha enseñado y ha hecho por nosotros. Es un llamado a reafirmar nuestro fíat de ser víctimas de amor, a vivir en el Claustro del Corazón Inmaculado de nuestra Madre, y es también un mensaje para animarnos a seguir viviendo intencionadamente la virtud de la esperanza.

Nuestra Señora de la Esperanza, ¡ruega por nosotros!

 


[i] Mensaje del 26/9/2011.

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