Virtud de la Pobreza –I
- Lourdes Pinto
- 11 feb 2021
- 11 Min. de lectura
Actualizado: 12 abr
La virtud de la pobreza- 1
Lourdes Pinto
2/11/21
En esta fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, consagramos esta enseñanza sobre la virtud de la pobreza a nuestra Santísima Madre
Aspira a ser pobre en el mundo
El Señor nos dio estas palabras:
Mis caminos no son los caminos del mundo. Meditad en Mi vida y en la vida de la Sagrada Familia. Fuimos ricos en las gracias de Abba, nuestro Padre, pero siempre pobres en las cosas de este mundo. No podéis aspirar en vuestro corazón a ambos; por eso, para seguirme, debéis dejarlo todo. Debéis aspirar a ser pobres en el mundo y ricos en virtud. (1/14/21)
El Señor nos dijo en 2011:
La pobreza engendra la castidad, y la castidad produce obediencia, que es la esencia del Amor (Camino Sencillo nº 66, p.204).
Parábola del Rico Necio (Lucas 12,13-21).
Pero el Señor dice: Mirad y guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su ida no depende de sus bienes (12,15).
El hombre rico decide, con gran confianza, construir graneros más grandes para asegurarse las riquezas de su abundante cosecha. Pero, al final de la parábola, el Señor le llama "Necio" (12,20), porque esa noche se le iba a quitar la vida.
No sólo ese hombre es un necio, sino también el que acumula tesoros para sí y no es rico para con Dios (12,21). Debemos preguntarnos, ¿de qué valía al final todo ese almacenamiento? Que esta sea nuestra meditación mientras crecemos en la virtud de la pobreza. Esta parábola no se centra en lo que el hombre almacenaba, sino en lo que hay en nuestros corazones
El ejemplo del obispo San Alfonso de Ligorio.
En 1763-1764, hubo una horrible hambruna en Italia. A San Alfonso le fue predicha por el Señor esta tribulación, causada porque la gente se alejó mucho de Dios. Al leer esta historia, no pude evitar ver las similitudes con lo que vivimos ahora con la pandemia del COVID-19. ¿Qué hizo San Alfonso? Advirtió al pueblo, profetizando: "Poned atención, vosotros que vivís solo para el placer sensual y voluptuoso; Dios os castigará con el hambre". Como un verdadero pastor, empezó a advertir a su pueblo para que se arrepintiera y volviera sus ojos y sus corazones a Dios. Pero el pueblo vivía en la abundancia y no prestaba atención a sus palabras.
San Alfonso se preparó almacenando provisiones. En apariencia, hizo lo mismo que el joven rico de la parábola, pero con una gran diferencia: la intención de su corazón.
La terrible hambruna que profetizó llegó, y muchos se morían de hambre; incluso los ricos pasaban hambre. En solo un año, en parte de Italia, murieron 300.000 personas. San Alfonso abrió sus palomares y distribuyó sus provisiones entre la gente hambrienta. Lo dio todo hasta que no quedó comida. Entonces vendió su reloj, su carruaje e incluso su caballo. Su personal se quejó: "No puedes regalarlo todo; ¡eres el obispo! Un hombre de tu estatura necesita estas cosas". Él respondió: "¡De ninguna manera!" El optó por solo comer un poco de sopa y algo de carne hervida cada día para poder dar el resto a la gente hambrienta.
Aquí, vemos dos almas diferentes: el rico tonto de la parábola que almacenaba solo para sí mismo. Su corazón no vivía para desear a Dios. El san Alfonso, en cambio, fue guiado por Dios a almacenar provisiones para salvar al pueblo. Su corazón buscaba, ante todo, a Dios y buscaba ser rico en virtudes.
Pensé en los tiempos que vivimos. Muchos han escuchado las profecías, son conscientes de nuestros tiempos y se sienten llamados a almacenar provisiones. ¿Hay algo malo en ello? En absoluto. Debemos preguntarnos: "¿Soy lo suficientemente desprendido como para estar dispuesto a compartir lo que he almacenado con quien pueda estar necesitado en ese momento?". ¿Nuestros corazones, el tuyo y el mío, han crecido lo suficiente en amor y caridad como para estar dispuestos a sacrificarme, dando todo lo que tengo a los demás solo por amor? En la respuesta a esto radica la verdadera diferencia.
El Catecismo de la Iglesia Católica afirma:
El Señor se lamenta de los ricos, porque encuentran consuelo en la abundancia de bienes. "El orgulloso busca el poder terreno, mientras el pobre en espíritu busca el Reino de los cielos". El abandono en la providencia del Padre del cielo libera de la inquietud por el mañana. La confianza en Dios dispone a la bienaventuranza de los pobres. Ellos verán a Dios.
Al escuchar la enseñanza sobre la pobreza que tuvimos en 2018, basada en la parábola de Lucas del "Joven rico", descubrí la correlación entre el crecimiento en el espíritu de pobreza y la CONFIANZA. Comprendí cómo el Espíritu Santo nos ha ido formando en la pobreza haciéndonos ricos en las virtudes de la humildad, la fe y la pureza. Quiero centrarme de nuevo en la pobreza, pero esta vez, quiero centrarme también en el Sagrado Corazón de Jesús y en los deseos de nuestros corazones.
El Evangelio de Lucas habla mucho de la ansiedad y el miedo (Lucas 12)
¡Hombres de poca fe! Vosotros no andéis buscando qué vais a comer o qué vais a beber, ni estéis preocupados… vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas. Buscad más bien su reino, y lo demás se os dará por añadidura.
Nuestro crecimiento en la pobreza se mide por el deseo de nuestros corazones de buscar la unión con Dios y ser ricos en virtudes, no en las cosas del mundo. Éste es el verdadero crecimiento en la pobreza. El Señor dice entonces,
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón (v.33)
La limosna no basta para crecer en la pobreza. Ayudar a una misión en África, a los huérfanos, a un convento o a los presos es importante. Sin embargo, existe el peligro de caer en la trampa de buscar sentirnos bien con nosotros mismos. Es como tener una lista de logros para mostrarle a Dios: "¡Mira todas las cosas buenas que he hecho!". Pero si hago todas esas cosas y no estoy muriendo a mí mismo, muriendo a mi ego, muriendo a mis deseos desordenados, entonces hay una falta de pureza en mi limosna, y no estoy creciendo en la virtud de la pobreza.
Ejemplos de caridad al dar limosna
En Lucas 8,3 encontramos a varias mujeres que viajaban con Cristo y le apoyaban económicamente en su misión, entre ellas estaban Juana, la mujer de Chuza, el mayordomo de Herodes, y Susana. Jesús vio las intenciones generosas de sus corazones y las honró. El Señor no llama a todo el mundo a dejarlo todo y quedarse sin medios económicos de sustento. En contraste, el Señor reprende a los fariseos por su motivación al dar limosna. Estaban orgullosos de cumplir la ley, pero les faltaba justicia y amor.
¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello (Lucas 11,42).
San José María Escrivá sobre la virtud de la pobreza.
La verdadera pobreza debe ser una expresión de fe en Dios y un signo de que el corazón no se contenta con las cosas creadas y aspira al Creador. Quiere llenarse del amor de Dios para poder dar el mismo amor a todos.
Deseos
La atención a las motivaciones y deseos de nuestro corazón es necesaria para crecer en pobreza.
Centrémonos en estas dos frases:
Un alma víctima debe fijar sus ojos en Cristo, debe desear con todo su ser hacerse uno con su Maestro, debe estar dispuesta a aprender de Él e imitarlo. Debe estar dispuesta a luchar contra todos sus deseos desordenados.30/1/18
He aquí algunas preguntas para reflexionar:
1. ¿Deseo verdaderamente, con todo mi ser, hacerme uno con mi Maestro, uno con el Amor Crucificado?
2. ¿Qué otros deseos de mi corazón se interponen en el camino de este primer deseo?
Debemos ser honestos con nosotros mismos
Mi comunidad, es tan fácil para nosotros engañarnos a nosotros mismos. Es tan fácil decir: "No estoy apegado a las cosas del mundo". El otro día, empecé a hacer una lista, como les pido que hagan. Comencé a escribir todos los deseos de mi corazón. Descubrí que tenía muchos deseos buenos, pero también vi lo apegada que estaba a ciertas comodidades. Empecé a pensar, me gusta mi almohada, mi colchón cómodo, y muchas otras cosas. Tuve que reírme de mí misma con el Señor. Es tan hermoso cuando podemos reírnos de nosotros mismos, ser transparentes y desvelarnos ante nuestro amado Jesucristo, porque es entonces cuando Él puede hacer maravillas con nosotros. ¡A Él le encanta!
Hoy he hablado con alguien en acompañamiento y ha sido tan real y transparente, incluso mientras me contaba cosas muy profundas que me dieron ganas de abrazarla. Escuchar a alguien tan real, transparente y honesto fue refrescante para mi alma. La miré y le dije: "Si te quiero tanto por tu transparencia, me imagino el gozo de Nuestra Madre Santísima y de Nuestro Señor al escucharte". Así nos quiere el Señor que seamos.
La mortificación es necesaria, pero no suficiente
Querer mortificar nuestros deseos desordenados es obra del Espíritu Santo que despierta el deseo de crecer en santidad. Mortificar nuestras pasiones es un proceso bueno y esencial, pero, para alcanzar el amor puro, debemos profundizar y purificar nuestro corazón. Nuestros deseos deben purificarse en el fuego del Sagrado Corazón de Jesús hasta que sean uno con el Suyo: el deseo ardiente de la Cruz, únicamente por amor a Dios y por la salvación de las almas. En este único deseo —la Cruz— está la perfección de todas las virtudes, porque hay amor puro. Jesucristo habla de su ardiente deseo de cumplir su oblación en la Cruz:
He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! (Lucas 12, 49-50)
Crecer en pobreza mediante la purificación de los deseos.
He tenido el honor de caminar con muchos miembros de la comunidad que han sido llamados a mudarse cerca de sus padres, aunque les resulta difícil amarlos. Una mujer dijo: "Sé que el Señor me ha trasladado aquí porque necesito aprender a amar a mis padres". La verdad es que hay almas en nuestras vidas, en nuestras familias, con las que es muy difícil llevarse bien. ¿Por qué? Porque están rotas y heridas. Hay familiares disfuncionales que viven oprimidos. Viven en la ira, el odio, la dureza de corazón, la dureza, los gritos constantes, la crítica y la manipulación. Es un reto para la mayoría de nosotros estar cerca de eso. Y, sin embargo, el Señor quiere purificar nuestros deseos. Él tiene que purificarnos. Esto es crecer en pobreza. Tenemos que vaciarnos de todo nuestro resentimiento, ira y expectativas respecto a los que amamos.
¿Qué significa desear únicamente la Cruz?
Significa que amo a mis padres disfuncionales, a mi marido o a mi mujer, a mi hijo, a mi abuela o a mi abuelo... tanto que estoy dispuesta a recibir sus desórdenes y sus opresiones y sufrirlos en Cristo, únicamente por la salvación de sus almas. Le pregunté a la mujer: "¿Te das cuenta, hermana mía, de que Dios te acercó a tus padres para que puedas ayudar en la salvación de sus almas?
Esto no significa necesariamente que tengáis que vivir cerca; podéis estar en un lugar distante. Pero, dondequiera que estéis, siguen siendo vuestros padres; tenéis que relacionaros con ellos. Amar no significa convertirse en un felpudo. Amar y desear la Cruz requiere también saber poner límites. Eso significa que puedes decir "no", pero siempre con respeto y honor. Vemos cómo el Señor, que es todo amor, se enfrentó muchas veces a la oscuridad y a la opresión de los fariseos con la verdad. Eso es amor.
En la segunda reflexión de nuestro retiro de 2020, nos centramos en nuestros deseos. El camino sencillo
La purificación de tus deseos es la primera etapa de la purificación en Mi Sagrado Corazón. Comienzas a actuar sólo de acuerdo a Mis deseos y no los tuyos. (Cap. 4, p.187 #63)
Esto está completamente asociado al crecimiento de la virtud de la pobreza. Continúa:
Ya no haces lo que quieres hacer, ni vas a donde quieres ir, sino que ahora solo vas a donde Yo te llevo. Eliges vivir cada día según lo que es más difícil, y no lo que es más fácil. Esto requerirá una mayor disciplina de tu voluntad, un mayor silencio y quietud del alma en Mí.
La virtud de la pobreza va de la mano con la purificación de nuestros deseos
El Señor, en el capítulo 4 de El Camino, nos lleva a una comprensión más profunda de la virtud de la pobreza en conexión con la purificación del primer clavo (purificación de nuestros deseos). Por ejemplo, puede que quiera comprar otro par de zapatos —ese es el deseo de la carne— pero sé que esa no es la voluntad del Señor, así que estoy dispuesta a negarme a mí misma para vivir en Su voluntad
Nuestra misión es continuar la misión de los 12
El mensaje del 30/1/18 es una llamada a continuar la "Misión de los 12" (Mateo 10:1-24)
Pequeña mía, te he elegido para dar fruto para el Reino de Dios en la tierra. La misión no es fácil, porque los caminos de Dios nunca son los caminos del mundo. Todos los elegidos por Dios para cumplir Su plan en la tierra son odiados por algunos, rechazados por otros, maltratados, perseguidos, porque vine a la tierra para enfrentar a unos contra otros, porque los caminos de Dios nunca serán aceptados ni apreciados por aquellos que viven para las cosas de este mundo. Dios te ha pedido que le traigas almas víctimas. Un alma víctima debe fijar sus ojos en Cristo, debe desear con todo su ser hacerse uno con su Maestro, debe estar dispuesta a aprender de Él e imitarlo. Debe estar dispuesta a luchar contra todos sus deseos desordenados. Esto requiere ciertas disciplinas para mis discípulos:
1) “No os procuréis oro, ni plata, ni monedas en vuestras fajas": Desapegados de las riquezas de este mundo, confiando en que Dios proveerá.
2) “Ni alforja para el camino”: Mis discípulos deben permitir que Mi espíritu los separe de todos los apegos desordenados (mi Señor, ¿cómo sabemos lo que es un apego desordenado?) Cualquier cosa que debilite tu deseo por Mí, que te distraiga de amarme, que aparte tu mirada de Mí.
3) “Ni dos túnicas”: Mis discípulos deben vivir con sencillez, pobres, nunca con excesos, como lo hice Yo.
4) “Ni sandalias”: Una vida dedicada al amor sacrificial, la penitencia, la renuncia.
5) “Ni bastón”: Mis discípulos se apoyan en Mí; Me convierto en su apoyo; Yo los guío.
Mis discípulos llevan Mi yugo, el madero de la Cruz, unidos a Mí. Yo soy su Todo. Mis discípulos son hombres y mujeres consumidos en amor y deseo por Mí. Eligen vivir esta forma de vida por amor a Mí y por el deseo ardiente de hacerse perfectos, que es convertirse en Amor. Solo de esta manera Mis discípulos reflejarán el rostro y la luz de Dios en el mundo. Estas son mis almas víctimas que poseen el poder de Dios en la tierra.
Tarea:
1. Tan honesto como puedas ser, escribe los deseos de tu corazón.
2. Medita cada día el capítulo 12 de Lucas. Medítalo despacio, profundizando en la virtud de la pobreza.
3. Utilizad nuestro "Examen de conciencia del amor" para prepararos y entrar en vuestros corazones. El examen puede encontrarse en nuestra página web: https://www.lovecrucified.com/examination-of-conscience-on-love. Es un poderoso examen de conciencia. Reflexionad y permaneced en cada pregunta durante algún tiempo, permitiéndoos entrar en su profundidad. Nuestro hermano Héctor me contó una vez lo poderoso que fue para él el examen. Dijo que había encontrado una pregunta en su examen de conciencia, ¡y el Señor le tuvo durante semanas con esa pregunta!