Encuentro Amor Crucificado para
Regnum Christi
Medellin, Colombia, 2020
María es la puerta el corazón de Jesús
Comenzamos con el rosario. Memorare...
El Señor desea transformar nuestros corazones y liberarnos, pero Sus caminos no son nuestros caminos.
¿Estamos dispuestos a renunciar a nuestra forma de ser —forma de pensar, de percibir, de planear, de calcular, de controlar — para abrirnos a algo diferente, nuevo, un camino que nos resultará incómodo y nos hará vulnerables?
Debemos saber que estamos ciegos, sordos, que nuestros corazones están rotos. Entonces, debemos ser como niño y permitir que Jesús nos lleve de la mano, como el ciego de Marcos 8,22.
Las heridas, desórdenes y patrones de pecado pueden ser tan profundos en nosotros que la sanación es un proceso, “otra vez El impuso sus manos sobre sus ojos”. Al final, es por medio de la intensidad de la mirada de Jesús que el ciego pudo ver “todo con claridad.”
La obra transformadora del Espíritu nos lleva a una profunda pero dolorosa sanación, liberación y despertar. Podemos decir que es una iluminación. Solo es posible para quienes son humildes, dóciles y tienen el valor de hacerse vulnerables a los caminos de Dios, que nos son los nuestros y que nos pueden hacer sentir extremadamente incómodos.
Papa Benedicto XVI ( Camino Sencillo p.8)
“El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5,5). Sin embargo, no es suficiente conocer al Espíritu; debemos acogerlo como guía de nuestras almas, como “Maestro de la vida interior" que nos adentra en los Misterio de la Trinidad, porque solo El puede abrirnos a la fe y permitirnos vivir cada día en plenitud.